
A raíz de la pandemia, las Clínicas Jurídicas de la Universidad Diego Portales han tenido que transformar su modo de funcionamiento, debido a las medidas sanitarias. A pesar de ello, no han interrumpido su actividad. Durante el primer semestre, Sofía Sepúlveda, estudiante de 5º año de Derecho UDP, se ha desempeñado en la Clínica Jurídica de Migrantes y Refugiados, acerca de lo que señala: “Es uno de los espacios dentro de la universidad en los que me siento más cómoda. Sobre todo teniendo en cuenta que la situación actual vuelve todo más impersonal”.
A pesar de las dificultades que impone el desarrollo de actividades clínicas en modalidad virtual, destaca: “Dentro de todo existe un compromiso real con las personas cuyos casos me fueron asignados. Siempre les hablo con la verdad e intento realizar todas las tareas que son pertinentes -y que están dentro de mis posibilidades como alumna de la Clínica- para ayudar en el proceso”.
Sofía valora la labor de la Clínica, a partir de su objetivo de orientación y representación legal de la población migrante, solicitante de asilo y refugiada en Chile: “El principal aporte de esta Clínica sería el trato y la seguridad que se le da a la gente que viene a buscar orientación, especialmente a las personas cuyas causas se llevan en la Clínica, pues generalmente se trata de personas que se vieron obligadas a dejar su país y emprender rumbo hacia lo desconocido. Llegan a un país donde no conocen (la mayoría) cómo funciona la regulación de migración y el procedimiento de asilo, lo cual muchas veces trae consigo una vulneración a sus derechos”.
Sofía Sepúlveda ingresó a la carrera de Derecho con una clara vocación de ayudar a otras personas, y aunque ha sido desafiante, durante 2021 ha reafirmado su elección: “En ciertas ocasiones he pensado que el ejercicio profesional es una cuestión frívola, pero gracias a la Clínica he podido encontrar nuevamente la motivación que en primera instancia tenía para elegir esta profesión”, concluye.